Fundación Cinco Palabras

CINCO PALABRAS DE ALBERTO FERNÁNDEZ

A principios de junio pasado, Alberto entrevistó a Cecilia Blanco, embajadora de Cinco Palabras, en su programa Maestros de Vida en el Canal TINKU. En ella, Cecilia habló de Cinco Palabras, de su canción “El grito mudo del mar” invitando a todos a escucharla y difundirla, y en defensa de los océanos.

Gracias a la incesante labor de difusión Cecilia, una vez más, el presentador conoció el trabajo de nuestra fundación y nos ofreció sus Cinco Palabras.

No dejaremos de agradecer a Cecilia su inestimable labor de difusión y apoyo a las causas, así como su compromiso con el bienestar de la vida marina.

Mira y escucha aquí la entrevista de Alberto:

ALBERTO FERNÁNDEZ PARRÓN

“Soy Alberto Fernández, @albertofparron en las redes sociales.

A través de mi proyecto personal, Empresas Autistas, comparto mi viaje personal de aprendizaje de la comunicación con mi hijo autista y lo traslado a emprendedores y empresas, capacitándoles para resolver sus retos de comunicación con un enfoque consciente.

Periodista y comunicador, he dedicado más de 5 años liderando el departamento de comunicación de una multinacional, en la cual sigo dirigiendo un proyecto internacional.

Apasionado por la radio, superé mi límite de tener un programa de radio creando mi propio espacio de éxito, y que ahora llevaré a la Televisión. Mis conocimientos no acaban ahí: tengo una amplia experiencia, con más de 10 años, en medios de comunicación generalistas, así como en los sectores sanitario y agroalimentario.

Lo que realmente me distingue es mi dedicación a ayudar a las personas y empresas a comunicar mejor, con una perspectiva única: la neurodiversidad.”

¡Gracias Alberto, por darnos tus Cinco Palabras!

Las Cinco Palabras del mes de Septiembre de ALBERTO FERNÁNDEZ PARRÓN son ...

Alberto nos da sus cinco palabras en este vídeo:

Libro de Alberto Fernández publicado en enero de 2024, que ha tenido una gran acogida por empresas y público en general.

“Al abrir este libro estás comenzando un viaje en el que vas a descubrir el autismo y la historia de cómo nuestra familia lo abraza y entiende para mejorar día a día, pero sobre todo un viaje hacia tu comunicación, un viaje al origen de todo, a esas herramientas que de momentos usas de forma inconsciente pero que pronto gestionarás para brillar, para hacer valer tu mensaje y así cambiar tu propio mundo…”

Escribe tu relato solidario siguiendo las siguientes normas:

1. Extensión máxima 100 palabras. 

2. No se cambiará la posición de las palabras.

3. No se modificará el género ni el número de las palabras proporcionadas.

* Se eliminarán los relatos que no cumplan las normas.

NOTA: Nos reservamos el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector.

1. Incluir las cinco palabras publicadas semanalmente a través de la web – manteniendo el orden en que se han ofrecido – sin modificar género ni número

2. Extensión máxima: 100 palabras

3. Idioma: español

Este juego literario ha sido una herramienta para dar difusión, no solo a los propios escritores y sus relatos, sino también a las causas mensuales con las que la Asociación ha estado colaborando. En marzo de 2023 la Asociación Cinco Palabras se transforma en la Fundación Five Words, que pretende dar continuidad a la labor realizada por la Asociación en sus 10 años de vida, manteniendo su Misión de “Hacer un mundo más digno a través del Arte”. En coherencia con este objetivo, la Fundación Five Words (en adelante, la Fundación) pone en marcha este concurso de microrrelatos, para fomentar la escritura y promocionar a los escritores que, a su vez, con sus relatos, ayudarán a la difusión de las causas solidarias mensuales de la Fundación. El Concurso mantendrá las reglas del juego literario antes detalladas y constará de dos fases: mensual y final. La primera edición de este Concurso dará comienzo el día 1 de abril de 2023 y finalizará a las 23.59 horas del 29 de febrero de 2024 (hora peninsular española). El premio está dotado con 5000 euros, distribuidos de la siguiente forma: 

¿Quieres que tu relato solidario participe en nuestro concurso?

2.000 € en metálico

para el ganador

3.000€ para una causa solidaria

que el ganador elija​

Consulta aquí los finalistas de meses anteriores

50 comentarios en “CINCO PALABRAS DE ALBERTO FERNÁNDEZ”

  1. ¡VIVAN LAS DIFERENCIAS!

    El autismo fue parte de la vida de Alberto desde el nacimiento de su hijo. El compromiso por él lo llevó lejos, pero nada lo preparó para el miedo a que su hijo conociera a un nuevo amigo. La comunicación… inesperada.
    Un fuerte abrazo a su hijo, un salto y un baile incansable (TDAH). Lucas reaccionó doblando las rodillas una vez: estaba bailando.
    Ambos niños celebraron su amistad a su modo: un baile frenético y una sutil sonrisa.
    Alberto lloró mientras susurraba: “Viva la diferencia”.

  2. Jorge Juan Codina Ripoll

    Pétalos y colmillos: un cuento diferente

    A diario, el lobo observaba a Caperucita en el jardín de la abuelita. Su autismo la hacía única: ordenaba meticulosamente flores silvestres, absorta en su mundo, lo cual intrigaba al animal. Fascinado, asumió un firme compromiso: entenderla sin asustarla.
    La comunicación fue un reto; ella evitaba el contacto visual, pero sus ojos brillaban con los colores y patrones del bosque. Con paciencia, se ganó su confianza.
    Un día, Caperucita lo sorprendió: le dio un tímido abrazo. El lobo, conmovido, pensó: «Su diferencia es su fortaleza».
    Aun así, protegió a Caperucita de otras alimañas ignorantes.

  3. Maria Antonietta Vanacore

    Cuestión de perspectiva

    Un día oí a mis padres que hablaban de autismo. Debía de ser algo horrible porque ambos lloraban.
    “Uno de ellos se va a morir” pensé.
    De seguro no era el momento de contarles de mi compromiso con Julia.
    «Hay problemas de comunicación» dijo mi madre llorando.
    «Encontraremos un remedio» añadió mi padre, dándole un fuerte abrazo.
    Entendí, afortunadamente, que nadie se iba a morir, pero ambos estaban tristes, y yo me sentía culpable porque, a diferencia de ellos, era feliz y pensaba sólo en mi amor.
    “Se lo diré otra vez, cuando Julia también lo sepa” pensé.

  4. Eva Castro Outeiriño

    Iguales

    «Antes no existían esas cosas, autismo, hiperactividad, …», afirmó tajante, con el convencimiento que le otorgaba la ignorancia. Su compromiso con Paula pendía de un hilo, a ella no le bastaba sentirse querida por él, necesitaba que comprendiese las necesidades de su hijo y para ello era imprescindible una mejor comunicación. «Que antes no tuviesen un nombre no significa que no existiesen. Tú más que nadie deberías entenderlo», afirmó Paula. «¿Qué quieres decir?», preguntó él sorprendido. «¿Recuerdas cuanto te costó relajarte cuando yo te daba un abrazo?, pues esa es la diferencia que tanto te acerca a mi hijo».

    1. Eva Castro Outeiriño

      Iguales

      «Antes no existían esas cosas, autismo, hiperactividad, …», afirmó tajante, con el convencimiento que le otorgaba la ignorancia. Su compromiso con Paula pendía de un hilo, a ella no le bastaba sentirse querida por él, necesitaba que comprendiese las necesidades de su hijo y para ello era imprescindible una mejor comunicación. «Que antes no tuviesen un nombre no significa que no existiesen. Tú más que nadie deberías entenderlo», afirmó Paula. «¿Qué quieres decir?», preguntó él sorprendido. «¿Recuerdas cuánto te costó relajarte cuando yo te daba un abrazo?, pues esa es la diferencia que tanto te acerca a mi hijo».

  5. El conocimiento de nuestra realidad

    El autismo entró en su vida de una forma inesperada. Un torrente de sentimientos arrolló su antiguo ser, descubriéndose a sí mismo en un nuevo caudal en el que navegaba por nuevas emociones. Sus ojos se abrieron a una realidad, antes no percibida con claridad. Con aquella experiencia, se inició un férreo compromiso que implicaba la comunicación pública, con naturalidad, que intentaba dar a conocer el amplio espectro que representa el trastorno autista y, así, con la generosidad del corazón puro, dar el abrazo a la diferencia, al conocimiento y entendimiento.

  6. El silencio

    Celia no sabía lo que era el autismo. No lo supo siquiera cuando nació Miguel. Lo supo cuando no se comportaba como los otros niños. El compromiso y la determinación de los primeros días dieron paso al desaliento. Y la comunicación se convirtió en una muralla infranqueable. Día tras día, mes tras mes, Celia esperaba un milagro. Hasta que un día Miguel se acercó a ella y la abrazó. Ese abrazo, esa muestra de amor en el más absoluto silencio, fue su pequeño milagro, el gesto que marcó la diferencia entre el desconsuelo y la esperanza para Celia.

  7. INMACULADA JIMENEZ CAMPOS

    Título: Fuerza y Coraje

    El AUTISMO dejó de ser una palabra para convertirse en una realidad. Sus ilusiones y esperanzas se tornaron grises. Para poder ayudar a su hijo debía tomar conciencia y asumirlo. Pasado el duro golpe de realidad, se dio cuenta de que solo era un COMPROMISO diferente. Aquello no podía enfrentarlo sola. Buscó apoyo de expertos que le explicaron las dificultades de COMUNICACIÓN que su hijo tenía y que con una terapia adecuada potenciarían sus capacidades. Con su ABRAZO le brindó su compresión, empatía y todo su amor. Su fuerza marcaría la DIFERENCIA para tener posibilidad de un mañana mejor.

    1. INMACULADA JIMENEZ CAMPOS

      Título: Fuerza y Coraje

      El AUTISMO dejó de ser una palabra para convertirse en una realidad. Sus ilusiones y esperanzas se tornaron grises. Para poder ayudar a su hijo debía tomar conciencia y asumirlo. Pasado el duro golpe de realidad, se dio cuenta de que sólo era un COMPROMISO diferente. Aquello no podía enfrentarlo sola. Buscó apoyo de expertos que le explicaron las dificultades de COMUNICACIÓN que su hijo tenía y que con una terapia adecuada potenciarían sus capacidades. Con su ABRAZO le brindó su compresión, empatía y todo su amor. Su fuerza marcaría la DIFERENCIA para tener posibilidad de un mañana mejor.

      Reenvio rectificado pues faltaba un acento en la palabra sólo

  8. ADRIÁN

    Adrián gobernaba Adrianópolis, era señor y dueño de todo.
    El autismo en que vivía, hacía que su padre Miguel se preguntara a diario, como ayudarlo: ¿acaso su compromiso, comunicación o un abrazo harían la diferencia?
    Miguel gimoteaba en esa dura batalla que era su vida… cierto día, encontró qué en el libro de dibujos de su hijo una hermosa mariposa azul ocupaba la carátula. El niño se lo arrebató.
    ¿Quién es? Preguntó:
    – ¡Usted! con alas para volar – expresó Adrián.
    Y con una de sus alas Miguel, estrechó a su hijo y encontró un camino para llegar a Adrianópolis.

  9. SUPEREMPATÍA CONTRA FALTA DE EMPATÍA

    Autismo viene a significar ensimismamiento. ¿Estaba nuestro hijo ensimismado? La verdad es que sí. Qué compromiso, qué exigencia para los padres lidiar con ese “trastorno”, con la falta total de flexibilidad del hijo, con sus problemas de comunicación, con su creciente insociabilidad. Él, que era como un erizo, nunca te daba un abrazo, y si lo besabas se pasaba la mano por la cara, limpiándose. La diferencia entre él y nosotros era su cociente intelectual. Nos daba un baño en todo, menos en pensar en el otro. Y así seguiríamos si él siguiera con nosotros.

  10. Dolores Sanabria García

    MI HERMANO Y YO
    Cuando mi hermano era pequeño le diagnosticaron autismo. El compromiso de mis padres fue conseguir una buena comunicación entre hermanos. Los dos vamos juntos a la escuela. De camino, hablamos. Yo le cuento chistes y le aclaro que son para reírse. Él me ayuda con los números que se le dan de miedo. Nos separamos con un abrazo, él va a su aula y yo a la mía. Antes, algunos se metían con él. Han aprendido a respetar la diferencia. Mi hermano se llama César y mola. Menos cuando se enfada, que lo hace, como todo, a lo grande.

  11. DE MAL PALO BUENA ASTILLA

    Cuando escribió la última palabra “autismo” se decidió, por fin, a enviar el texto. En esta ocasión se trataba de un concurso de relatos. A pesar de su inseguridad inicial siempre volvía a intentarlo, quizás por un compromiso hacia sí misma o quizás para olvidar aquella frase que su padre solía sentenciarle de pequeña: “No sirves para nada”.

    La falta de comunicación entre ellos era evidente y el esperado abrazo no llegaba nunca. La diferencia es que antes callaba y se tragaba las palabras. Ahora escribía para volar y para llevarle la contraria, era su forma sutil de vengarse.

    1. DE MAL PALO BUENA ASTILLA

      Cuando escribió la última palabra “autismo” se decidió, por fin, a enviar el texto. En esta ocasión se trataba de un concurso de relatos. A pesar de su inseguridad inicial siempre volvía a intentarlo, quizás por un compromiso hacia sí misma o quizás para olvidar aquella frase que su padre solía sentenciarle de pequeña: “No sirves para nada”.

      La falta de comunicación entre ellos era evidente y el esperado abrazo no llegaba nunca. La diferencia es que antes callaba y se tragaba las palabras. Ahora escribía para respirar y para llevarle la contraria. Era su forma sutil de vengarse.

  12. «Algo»

    Darío sopla las siete velas tuertas que él mismo ha clavado en su tarta de cumpleaños. Cuando tuvimos diagnóstico, el día que nos hablaron del Autismo y de la variante implicada en su dolencia, se forjó entre los tres una suerte de mudo compromiso que nos ha traído hasta aquí. Él se agita en la silla tratando de encontrar un soplido entre los resquicios de su risa nerviosa. Su padre y yo, sumidos en la íntima comunicación de un abrazo, advertimos que algo grande está sucediendo. Algo relacionado con una fascinante diferencia. Algo involucrado en los esquivos privilegios del existir.

  13. ‘una cita verdadera, en otoño’

    «No me esperaba un beso, ¡uf!, venía abierta a todo, pero no sé a qué, ¡me voy!», pensó Alicia, «me gustó, Jorge me gusta, ¡me voy!»; y escapó corriendo por la playa. Sabía que su autismo es un mundo peculiar, pero sencillo, y amar es un compromiso.

    —La comunicación es difícil, mírame-, dijo Jorge en cuanto la alcanzó, mientras le daba un abrazo, —te amo-.

    Alicia se sumergió tan profundamente en su abrazo que sintió miedo. Escapó de nuevo, Jorge la cogió de la mano, sonrió, y siguieron paseando en silencio, con sus rarezas, como todos.
    «¿Diferencia?», pensó Alicia, feliz…

  14. Seis
    Ambos padecían autismo y terminaron aterrizando en el mismo asteroide solitario. El Principito preguntó qué hacía allí. Exupéry contestó que cumplir un compromiso ineludible: sobrevolar el Mediterráneo en una noche sin estrellas hasta desaparecer sin que nadie pudiese encontrarlo. El Principito dijo que era un iluso, como cualquier adulto, los medios de comunicación, con sus satélites, terminarían haciéndolo. Exupéry pensó en darle un abrazo, pero seguían siendo autistas y también estaba la diferencia de estatura. Se limitó a explicarle que necesitarían otro microrrelato donde encontrarle, y este, el último que escribía, acababa donde había empezado, en los seis años.

  15. DIANA PATRICIA CÁRDENAS MONSALVE

    En el almacén mi bisabuelo tan absorto en sus pensamientos, no se percató de mi llegada y como si estuviera inmerso en el más extraño autismo, el peso del pasado lo volvió a atrapar, arrepentido por su miedo al compromiso, por abandonar durante más de 10 años a la bisabuela en plena juventud para ir en pos de sus concupiscencias, recibió como castigo de por vida una cama separada, sin ninguna comunicación más que un plato de comida tres veces al día, con una lágrima que nunca salió en público, tan sólo un abrazo de ella hubiera marcado la diferencia.

  16. DIANA PATRICIA CÁRDENAS MONSALVE

    Memoria
    En el almacén mi bisabuelo tan absorto en sus pensamientos, no se percató de mi llegada y como si estuviera inmerso en el más extraño autismo, el peso del pasado lo volvió a atrapar, arrepentido por su miedo al compromiso, por abandonar durante más de 10 años a la bisabuela en plena juventud para ir en pos de sus concupiscencias, recibió como castigo de por vida una cama separada, sin ninguna comunicación más que un plato de comida tres veces al día, con una lágrima que nunca salió en público, tan sólo un abrazo de ella hubiera marcado la diferencia.

  17. Manuel González Casaus

    EL NUEVO VECINO

    El mes pasado llegaron al edificio unos nuevos vecinos. Son muy agradables, aunque quizá algo distantes. Especialmente el niño. Siempre que nos tropezábamos, mantenía la mirada baja como si quisiera esconderse. Me han comentado que padece algún tipo de AUTISMO. He llegado al COMPROMISO conmigo mismo de intentar establecer algún tipo de COMUNICACIÓN con él. Ayer coincidimos y traté de iniciar una conversación. Cuando ya me daba por vencido, me sorprendió chocándome la mano. Me hubiera encantado darle un ABRAZO, pero pensé que ya había conseguido mucho. Quizá la DIFERENCIA fue que le traté con naturalidad.

  18. “Carlitos vs IA”

    Tengo dos hijos, Miguel y Carlitos. Carlitos padece autismo y me plantea a diario un compromiso personal y un reto de comunicación brutal. Un solo gesto suyo, un silencio prolongado, una respuesta inteligente o un abrazo inesperado me desarma y me estimula como ninguna otra cosa. Son gestos que nunca veo en mis sistemas informáticos. Nada de emociones, esa es la gran diferencia. ¿Que en qué trabajo? Soy titulado en ingeniería informática y me dedico al campo de la Inteligencia Artificial diseñando rutas de aprendizaje, razonamiento y percepción. Esas mismas rutas en casa, las diseña Carlitos, sin titulación académica alguna.

  19. «Crecer Juntos»

    Observé al niño jugar solo. Autismo. Su mundo seguramente sería diferente pero, igual de seguro, no menos valioso. En una sociedad individualizada y egoísta con falta de compromiso real hacia los demás, con una comunicación sesgada entre generaciones, reflexioné en lo difícil que sería su integración en la sociedad. Sin embargo, en ese momento, se acercó a mí y, con un tímido abrazo, me mostró que la diferencia no es una barrera, sino una oportunidad para aprender y crecer juntos.

  20. Mauro Costilla, el Helen Keller tucumano

    El autismo y la ceguera no le permitían captar el mundo. Su madre adoptiva todo compromiso. Logró la comunicación con el niño con insistencia. Hoy están presentando su libro, su niñez de autista y ciego recopilada en pandemia, tanto tiempo encerrados. La madre es como un abrazo gigante. El lugar es una biblioteca para ciegos un chiste que compartimos todos. Presente la maestra del autor del libro, su perra la ayuda en su ceguera. La diferencia entre esa perra y un animal común es gigantesca. Mauro es como una Helen Keller, no debe haber muchos libros así en el mundo.

  21. Francisco Javier García Blázquez

    Un Hijo Deseado

    Ana: – Pedro, nuestro hijo es autista.
    Pedro: –No puede ser. Ya era suficiente con cuidar a un bebe, será un fastidio, no tendremos tiempo. No puedo asumir el compromiso, todo van a ser inconvenientes. Además, tengo una comunicación de mi jefe para ampliar mi sección.
    Ana: – ¿Cómo puedes decir eso? Tenemos que amarlo y cuidarlo…
    Pedro: – A un bebé que no comprenderá nada.
    Ana: – Pedro, ¿eres esa persona sensible que conocí? Durante el embarazo solo te quejabas y nunca estabas en casa. ¡Basta! ¡Vete! No hay diferencia cuando se ama.
    Madre de Ana: – Dame un abrazo, juntas cuidaremos del pequeño.

  22. Un vecino «diferente».
    Cuando me crucé con Mikel por primera vez en el portal pensé que esa mañana me había pasado con el perfume, porque él se apartó bruscamente al pasar junto a mí.
    Esa misma noche Miren llamó a mi puerta para pedir disculpas por el comportamiento “algo diferente” de su hijo, causado por el autismo, según me explicó.
    Nunca había sentido el más mínimo compromiso hacia mis vecinos, pero su gesto apurado y su comunicación entrecortada, cabizbaja, casi avergonzada, me llevó a darle un abrazo.
    “La diferencia no debe disculparse, sino celebrarse” le dije. “¡Bienvenidos a esta comunidad!”.

  23. El trueno y el silencio
    Perdí los estribos y, enfurecida, le dije que ¡vaya a un psiquiatra a ver si lo trataban! Le diagnosticaron un grado leve de autismo. Ensimismado, rompió el compromiso y cortó la comunicación. Yo sentí un terrible remordimiento y una profunda tristeza; añoraba su compañía y su abrazo. «¿Qué diferencia existe conmigo? ―pensé―. ¿No sufro yo de arrebatos de rabia?». No te comprendo cuando te encierras en tu mundo ni tú a mí cuando estallo sin razón. Soy el trueno, tú el silencio y nos acoplaremos con amor. ¡Oh, querido, vuelve a mí!

  24. Errar es humano
    El renombrado psiquiatra diagnosticaba y trataba problemas mentales: la depresión, el autismo, la esquizofrenia… Lo honraron con premios y menciones por su fiel compromiso hacia sus pacientes. Se distinguían su comunicación gentil, su mirada compasiva y su abrazo genuino. Había marcado la diferencia en la vida de muchos. Por eso causó sorpresa cuando su último paciente se suicidó. Se rumorea que saltó del edificio después de que el especialista sufriera él mismo una alucinación. Excusándose en el «inquebrantable secreto profesional», el ciborg rehúsa hablar del asunto.

  25. Subyugación
    Opté por el autismo para controlar mi vicio. Deshice mi último compromiso y corté la comunicación con el mundo exterior. Le di el último abrazo a mi madre. Elegí unos patrones de vida cronometrados que repetí hasta el cansancio. Subyugué a mi mente hasta que quedó restringida y sin un ápice de libertad para pensar o regodearse. Vi, finalmente, la diferencia al yacer en mi lecho de muerte: ángeles, niños puros e inocentes, me acogían sin temor.

  26. *El abrazo*

    La primera vez que escuchó “autismo” pensó que se trataba de una condición vinculada con lo automovilístico. ¡Con razón su hermano pasaba el día jugando con vehículos! Entendió la cara de preocupación de sus padres: ¿dónde conseguirían tantos coches? Decidió entonces aliviar la carga familiar y asumir el compromiso de construirlos ella misma.

    En aquella casa la comunicación no fluía y pasaron varias semanas y autos fabricados hasta que el abrazo de su madre le indicó que había un malentendido. Una vez aclarado, para ella no hubo diferencia: Juan siempre iba a ser Juan; su querido hermano, amante del automovilismo.

  27. El camino del Amor

    ‒¿Cómo te llamas?
    ‒Autismo ‒me respondió esa mirada clara aunque un poco perdida.
    ‒Mi nombre es Compromiso ‒le dije yo‒ y creo que vamos a estar juntos mucho tiempo. Aprenderemos a recorrer el camino por donde nos lleve el destino.
    Y así empezó nuestra unión. Al principio la comunicación era complicada, austera, desganada, no sabíamos que decirnos. Pero un día, sin esperarlo, Autismo me dio un gran abrazo y me susurró unas palabras al oído: te quiero.
    Nada cambió en nuestro recorrido, solo hubo una pequeña gran diferencia, el Amor.

  28. María Carolina Pinzón

    Un día de clase

    Estar rodeada de niños maravillosos, es un regalo. Un día, noté que la niña más inteligente de la clase miraba con asombro unos pájaros por la ventana. Tomé ese momento perfecto para hablar del autismo. El compromiso con mi profesión no me permite ignorar esos temas. Comencé entablando una comunicación sincera y abierta con mis pequeños. Ellos, atentos, comprendieron que existen diferentes formas de entender el mundo. En ese momento, Laura apartó sus ojos de los pajaritos. Su mirada de anciana se posó en mí, sin hablar me dio un abrazo profundo. Todos entendimos que podemos abrazar la diferencia.

  29. BARRILETE
    Antes de conocer a Delia tenía una idea muy vaga sobre el autismo. Al acercarme al instituto Barrilete de APADEA y relacionarme con algunos de los chicos que venían del interior, pues asumí el compromiso de darle pasajes gratis, fui comprendiendo la diversidad que hay en ellos y su forma de comunicación; que se magnificaba en un abrazo fuerte o un simple roce de manos.
    Sí, aprendí que hay un enorme potencial a desarrollar y que instituciones como ésa, con gente maravillosa trabajando, hacen la diferencia para una sociedad mejor.
    GASPAR ANGEL RACHZ

  30. DOS POR UNO
    Andábamos enzarzados en continuas peleas cuando supimos que nuestro hijo tenía autismo. De inmediato, firmamos un tácito compromiso de no agresión para poder brindarle todo nuestro apoyo, el de los dos: no era el momento de agravar la situación con un divorcio. La comunicación con él no resultaba fácil pero, a base de intentarlo, mejoró la nuestra. Ensayábamos un abrazo entre nosotros antes de animarle a él a que probase, con uno o con el otro, no debía haber diferencia. Así, andando el tiempo primero y corriendo después, él logró el alta médica y nosotros una segunda oportunidad.

  31. Cuphper Danilo Rengifo Tirado

    La gran Martina

    “¿Comisario…cómo está Martina?” -Inquirió muy preocupado Don Daniel
    “cálmese, que está muy bien ahora, podría decir que su Autismo la salvó”-empezó contando el policía. “Cuando el asesino ingresó a la casa, sólo Martina pudo oírlo por su alta sensibilidad a los sonidos y por el compromiso con su amiga, fue a buscarla antes de salir corriendo, con rápida comunicación por gestos y un abrazo la calmó; llevándola a su escondite en el trasfondo de su ropero…muchos llaman a los Autistas limitados y diferentes, yo pienso que tienen superpoderes”. Don Daniel sonriendo contestó con las manos al cielo … “¡Bendita diferencia!”

  32. Empatía

    Me conmovía observar a esa persona maravillosa, a la cual el autismo había atrapado por completo, envolviéndola con una suavidad tramposa para que los rastros se notaran de forma leve. La sensibilidad de mi alma, transformaba la situación y creaba un compromiso que, por medio de la comunicación emocional lograba entender que un abrazo intenso, pedido a gritos por esos ojos brillantes y llenos de vida, marcaba una diferencia enorme, cargada de una catarata de sentimientos profundos. Y que a partir del hecho, se creaba un camino de felicidad, que con el tiempo mejoraba una vida de expectativas puras.

  33. Palmas y laureles
    En algún lugar de los Balcanes, los Titanes del Olimpo discutían cómo eran transmitidas sus habilidades innatas. No tardaron en defender acalorados sus puntos de vista y obviamente el asunto terminó en guerra.

    Años después, aquellos que vivieron su propia contradicción fueron avergonzados. Pero los que buscaron tolerancia, su familia y su casta, orgullosos les perdonaron.

    ¡Bosque de cipreses! tú eres testigo que esta condición, este autismo, es privilegio y redención. Compromiso natural de jóvenes dioses que no sucumbieron ante la palabra explosiva y volátil. Comunicación implícita que no necesita apretón o abrazo. Hermosa, delicada diferencia.

  34. ¡Entendamos!
    Estamos en un mundo nuevo, lleno de interminables situaciones físico-mentales, el autismo es uno de ellos, cuando conocí a un niño autista entendí el compromiso de los padres y familiares en el cuidado del niño, hay diferentes tipos y es importante una comunicación pública hacia las personas que vivan cerca de un niño autista ya que su trato y socialización es muy específica, es de toda la población una obligación de estar enterados de dicha situación y estar en la misma sintonía con este trastorno al que hay que dar un abrazo de fraternidad y hacer una diferencia real.

  35. HERMANOS
    Siempre supo que su hermano tenía AUTISMO, incluso antes que sus padres. A pesar de todo, adquirió el COMPROMISO personal de cuidarle y protegerle. Entre ellos no hacían falta palabras, tenían una COMUNICACIÓN innata. Era capaz de anticiparse a sus ataques de ira, al encierro en aquella coraza que le protegía de un mundo que no entendía y que le discriminaba. A pesar de todo, evitaba cualquier contacto. Si le tocaba accidentalmente se alteraba mucho. Por eso, lloró el día que sin motivo aparente le dio el primer ABRAZO. Algo había cambiado en él, aunque no pudiera apreciar la DIFERENCIA.
    Singrafista, Septiembre 2024

  36. Caminando juntos

    Mi amigo Miguel es un ser único que observa el mundo a través del prisma del autismo. La comunicación con él solo es posible si hay amor genuino, ese que crea un compromiso que perdura en el tiempo.

    Cuando lo conocí, me dio un abrazo que, con diferencia, es el mejor que he recibido en mi vida. En ese momento, nuestros corazones se unieron. Me tomó de la mano y, desde ese día, me está mostrando lo maravilloso que es el mundo cuando lo recorremos juntos, aprendiendo uno del otro.

  37. Por fin libre
    Amanece a la orilla del mar azul que me vio nacer. La tormenta se desató en mi interior al conocer el diagnostico de autismo. Hacía años que venía sintiéndome diferente, era incapaz de adquirir ciertos compromisos con todo el género humano. La comunicación con mi propia “raza”, había sido un drama toda mi vida. Me metí en el agua y sentí el abrazo helado pero reconfortante de las olas del mar. Todo terminó, me susurraron. A partir de ahora, al fin podía sentirme libre. Aquel mar azul fue el que marcó la diferencia, ahora sí, me comprendí.

  38. Juanchi

    – (¡Ay con el bendito autismo!) Deja esos mapas de una vez, Juanchi, que te pasas el día…
    –Preferiría no hacerlo.
    – Anda, ve a jugar con tus amigos. Asumiste un compromiso con ellos, ¿recuerdas?
    –Preferiría no hacerlo.
    –Hum, ¿qué has estado leyendo hoy, Juanchi?
    –Preferiría no decirlo.
    – ¡Qué difícil la comunicación contigo! ¡Ya sé! Estuviste leyendo Bartleby, el escribiente. ¡Te descubrí! ¿Y esa sonrisa? ¡Dame un abrazo, pícaro!
    –Preferiría no hacerlo. Preferiría…
    –Ven aquí, pichón de Melville, que es mucho mejor acariciarme a mí que a un mapa. ¿Notas la diferencia? Y todavía faltan cien besos.
    Y Juanchi se dejó besar.

  39. LA VISITA

    El autismo entró a casa con los pañales y el cordón umbilical. ¡Menudo compromiso nos había caído! No fue fácil lidiar para despertar la comunicación visual y arrancar al niño las primeras palabras, que no se atrevían a salir de su garganta. Nos costó enseñarle que un abrazo no dolía. Acostumbrarnos a sus rutinas, la forma de ordenar los cubiertos, los lápices y hasta nuestras vidas. Disfrutar con la diferencia, porque el niño nos obligó a mirar la vida sin maldad. Las pocas veces que se emociona, sabemos que nuestro esfuerzo ha valido la pena.

  40. El idioma del amor

    Cada mañana, Sergio y Bruno, hermanos mellizos, siguen sus rutinas con precisión. El autismo de Sergio no les sitúa en un compromiso. Sergio presenta ecolalias y Bruno repite preguntas hasta obtener la respuesta deseada; Sergio tiene fascinación por los números y Bruno por las letras; a Sergio le encanta el silencio y a Bruno la música a todo volumen. La comunicación de Sergio se desarrolla con pictogramas y la de Bruno con palabras. Sin embargo, hallan en el abrazo su lenguaje universal, capaz de desdibujar cualquier diferencia entre ellos.

  41. SE COMUNICA, NO VERBALMENTE

    – Sí, él tiene autismo -decía su madre-. Cuando me dieron el diagnóstico, me deprimí, pero luego entendí que no podía estar así, sino sacar fuerza y capacidad para trabajar y crear un compromiso con él y conmigo, para que, al menos, no empeorara, ya que la mejora no era posible; para comprender su tipo de comunicación; para entender su abrazo y su petición; para potenciar este amor incondicional.
    Es cierto que hay una gran diferencia y, es el aprendizaje que conlleva.

  42. Neurodivergentes

    El diagnóstico fue contundente, claro está, para los conocedores de esta realidad.
    «Fobia social, fobia social», decían todos los entendidos de bata blanca, tratando de encajonar aquello que les sobrepasaba. Infinitas consultas y viajes hasta llegar a la estación de salida: autismo. Solo nombrarlo te sube del estómago hasta el corazón el compromiso y te das cuenta de que no necesitan mucho para ser excelentes en comunicación: altas capacidades sin fluidez verbal. A veces, las muchas, rechazan el abrazo para enaltecer su diferencia. Su realidad les hace únicos y especiales, aunque hijos del mismo árbol y del mismo mar.

  43. Francisco Javier García Blázquez

    Un Hijo Deseado

    Ana: – Pedro, nuestro hijo padece autismo.
    Pedro: –No puede ser. Ya era suficiente con cuidar a un bebe, será un fastidio, no tendremos tiempo. No puedo asumir el compromiso, todo van a ser inconvenientes. Además, tengo una comunicación de mi jefe para ampliar mi sección.
    Ana: – ¿Cómo puedes decir eso? Tenemos que amarlo y cuidarlo…
    Pedro: – A un bebé que no comprenderá nada.
    Ana: – Pedro, ¿eres esa persona sensible que conocí? Durante el embarazo solo te quejabas y nunca estabas en casa. ¡Basta! ¡Vete!
    Madre de Ana: – Dame un abrazo, no hay diferencia cuando se ama, juntas cuidaremos del pequeño.

  44. Alicia García Rodríguez

    UN MUNDO MEJOR
    ¿Es autismo lo que impide a nuestros políticos alcanzar el más mínimo compromiso con la ciudadanía?. Sin comunicación no hay negociación. Presenciar algún día como los representantes de la gente se funden en un abrazo, aunque sea dialéctico, se torna una utopía que no cabe ni en la imaginación del más iluso. Conseguir acuerdos, al menos los que se amparan en el sentido común, que indiquen que se escucha a los electores, marcaría una gran diferencia. La esperanza es lo último que se pierde.

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