PRÓLOGO MES DE OCTUBRE
DE ROSA ARIAS FERRERO
Provengo de una familia de emprendedores y siempre me ha gustado viajar, especialmente a países africanos, en los que fui tomando conciencia de las dificultades que aquejan a los nativos de aquellos lugares tan pobres, en los que el hambre y la falta de expectativas provocan las olas de inmigración hacia el llamado primer mundo, que desde allí ellos consideran un paraíso que les atrae de manera irremediable.
Yo ya había viajado a Camerún, Tanzania y Gambia, y fue en este último país donde un conocido de mi amigo Alfredo Prieto, con el que viajaba junto con otras amigas, nos habló de Sierra Leona. Allí había empezado a crear un orfanato para acoger a tantos huérfanos como había ocasionado la reciente “Guerra de los Diamantes” y nos invitó a que conociéramos lo que estaba haciendo en Mabongiseeh, el poblado en el que había desarrollado gran parte de su vida.
Cuando llegamos a Sierra Leona en el año 2016, todavía quedaban secuelas de la epidemia de ébola que desde 2014 les estaba azotando. Lo que encontré allí, y de forma más directa en el poblado de Mabongiseeh fue tan conmovedor, que allí mismo el grupo de amigas que viajábamos con Alfredo Prieto, comprendimos que teníamos que hacer algo, que nunca nos perdonaríamos marcharnos de allí, muy conmovidos, pero volviendo sin más a nuestra zona de confort en ese primer mundo del que veníamos. Fue entonces cuando adquirimos el compromiso ineludible de organizarnos para ayudar a aquella gente, a la que ya conocíamos de forma personal; ya no formaban parte de una masa de gente sufriente indeterminada, ahora se trataba de personas con nombre propio: Aminata, Isaku, Kariatu, Sallay, Alfa, Abdulla…
Fue entonces cuando decidimos crear YIREWA, como Asociación en 2017 y declarada de Utilidad Pública (ONG) en 2021, a la que poco a poco se fueron incorporando una red de amigos como socios, colaboradores y voluntarios. Cuando las exigencias organizativas del grupo provocaron la necesidad de crear una junta directiva, fui honrada con el nombramiento de presidenta.
Tan pronto como iniciamos nuestra labor en Mabongisee, nos empezaron a llegar invitaciones a visitar los pueblos limítrofes: Bauma, Billeh y Batbai, con los que también empezamos a colaborar, midiendo siempre las limitaciones en función de nuestra capacidad, pero sin dejar de crecer año a año.
Todo esto no es nada más que un principio, la tarea por desarrollar es ilimitada y nuestra voluntad y dedicación absoluta, conscientes de que poco podemos hacer sin las ayudas necesarias.
ROSA ARIAS FERRERO
Nací en Vizcaya, aunque vivo en Montamarta, provincia de Zamora.
Tengo estudios universitarios de Geografía e Historia y Administración.
Soy Técnico en Emergencias Sanitarias y me introduje en los estudios milenarios holísticos orientales de masaje terapéutico y acupuntura TUNG.
Madre y abuela feliz.
Regento los negocios familiares y en mi tiempo libre, me gusta estar en contacto con la naturaleza.
Mis insignias son la honradez, empatía y discreción.
Mi pasión es la lectura, viajar, meditar y bailar.
Actualmente soy presidenta de la ONG YIREWA