CAUSA MES DE JULIO: LA CASA DE LOS ÁNGELES DE HONDURAS
En una aldea de la polifacética ciudad de Tegucigalpa, Honduras, un país donde la pobreza y la violencia afectan a muchas familias, se erige un refugio de amor y esperanza conocido como La Casa de los Ángeles.
Ana Santero, una mujer de profunda compasión, fundó La Casa de los Ángeles con el firme propósito de crear un hogar seguro para aquellos que más lo necesitan: los pequeños cuyas vidas se vieron marcadas por la adversidad desde muy temprana edad.
Inspirada por su propio viaje de superación personal, Ana se propuso crear un espacio donde cada niño se sintiera valorado y amado. Su generosidad y su espíritu de servicio son un testimonio del poder transformador del amor y la compasión.
No obstante, todos estos años de entrega han dejado una profunda huella en su espíritu y el cansancio se hace sentir cada vez más intensamente. A pesar de esto, su determinación y su amor por los niños nunca flaquean. Es en esos momentos de fatiga, cuando su visión de un futuro mejor cobra aún más fuerza, recordándole que cada esfuerzo vale la pena por el bienestar de aquellos a quienes ha dedicado su vida.
Ana nos escribe estas palabras desde Honduras:
“Me llamo Ana Santero y soy la mamá de los niños y niñas de La Casa de los Ángeles de Honduras.
Hace veinticinco años que la Vida me trajo a Honduras como voluntaria en un colegio de Tegucigalpa, apoyando a niñas de escasos recursos y afectadas por el huracán Mitch; fueron once meses inolvidables…
Cuando regresé a España me di cuenta de que quería continuar con mi labor de apoyo y decidí volver a Honduras para proseguir con mi voluntariado en diferentes proyectos; asistencia psicológica a transexuales, un colectivo muy castigado en este país, apoyo psicológico a los niños y niñas de oncología pediátrica de un gran hospital de Tegucigalpa y profesora voluntaria en el Instituto Hondureño de Educación por Radio, entre otros.
Hace veinte años, en un viaje a San Pedro Sula, conocí a Elena, la primera de mis diez hijos; digo hijos porque, aun sin haberlos parido, para mí lo son, de la misma manera que yo soy su madre para ellos. Con Elena comencé esta aventura en la que siguieron Isis, Esther, Lali, Eduardo, Selvin, Saúl, Alvarito, Ana y la pequeña Alejandra que ya ha cumplido nueve años.
Desde hace veinte años les he dedicado mi vida tratando siempre de procurarles felicidad y estabilidad e inculcándoles el sentimiento de arraigo al núcleo familiar.
En mi vida lo son todo y, como madre, quiero lo mejor para ellos. Deseo que tengan la posibilidad de labrarse un futuro con oportunidades en un ambiente donde puedan sentirse libres y seguros.
Es por esto que tomé la decisión de volver a España con los diez. Ellos merecen lo mejor y confío en que la Vida me acompañe en esta importante decisión sabiendo que cuento con el apoyo de personas con un corazón inmenso, entre ellos mi familia.
A todos, muchísimas gracias siempre.”
Asociación La Casa de los Ángeles de Honduras en Salamanca
La Asociación La Casa de los Ángeles de Honduras, con sede en Salamanca, se constituyó en el año 2004 con el objetivo principal de proporcionar apoyo económico y logístico a Ana Santero, psicóloga salmantina residente en Tegucigalpa, Honduras, desde hace más de 25 años. Ana emigró tras la devastación del huracán Mitch para ofrecer apoyo psicológico y humanitario a la población afectada en la región.
Cuatro años después, en el 2008, la Asociación fue legalmente reconocida en Honduras.
Un grupo de amigos y familiares, principalmente su hermana María Ángeles, se movilizó para apoyarla desde el primer momento en que Ana decidió servir como voluntaria en este país centroamericano.
El propósito fundamental de la Asociación es financiar y respaldar el proyecto de Ana que consiste en la administración de una casa hogar para 10 niños y niñas, algunos ya adolescentes y jóvenes, con historias de vida difíciles, que encuentran en Ana no solo una madre, sino también un refugio seguro donde se cubren sus necesidades básicas: alimentación, vestimenta, educación y, sobre todo, amor y calidad de vida.
En sus inicios, la Asociación se sostenía gracias a la solidaridad de familiares y amigos. Desde España, llegaban cajas llenas de alimentos, ropa y juguetes que los niños esperaban con inmensa alegría. En todos estos años, María Ángeles Santero ha sido un pilar fundamental, organizando eventos de recaudación de fondos como cenas solidarias en La Abadía de los Templarios y rastrillos navideños.
Con el crecimiento del número de beneficiarios en la casa hogar, los gastos asociados aumentaron proporcionalmente. Con el pasar del tiempo, la Casa de los Ángeles se fue sustentando con donaciones privadas y ayudas esporádicas del gobierno español y hondureño. Sin embargo, la reducción progresiva de las ayudas gubernamentales incrementó la dependencia de la solidaridad local y de los eventos organizados por María Ángeles para cubrir las necesidades básicas de los niños.
Actualmente los ingresos llegan por medio de los eventos que organiza María Ángeles Santero. Además, están las cuotas mensuales aportadas por 19 socios, compuestos por amigos y allegados que conocen de primera mano el proyecto y que proporcionan una fuente pequeña, pero constante de ingresos.
En la Asociación nadie recibe remuneración alguna, todas las actividades se llevan a cabo sin ningún interés económico personal, y los gastos que puedan acarrear sus actividades voluntarias los paga cada uno de su bolsillo.
La Asociación sigue buscando estrategias y colaboraciones que permitan la sostenibilidad y el crecimiento del proyecto. Cada desafío financiero es enfrentado con el compromiso y la solidaridad de una red de apoyo dedicada.
La historia de Ana Santero, su valentía y su dedicación para mejorar la vida de los niños en Honduras, es inspiradora y digna de todo nuestro apoyo. Juntos, podemos hacer una diferencia significativa y ayudar a construir un futuro más brillante para estos niños.
La Casa de los Ángeles en Salamanca trabaja incansablemente para asegurar que los niños, niñas, adolescentes y jóvenes bajo el cuidado de Ana Santero, reciban el apoyo necesario para un desarrollo integral y lleno de amor. Tu contribución puede marcar una diferencia significativa en sus vidas. ¡Únete a nosotros y ayúdanos a construir un futuro mejor para estos niños!
La donación de Cinco Palabras servirá para comprar los billetes de avión de Ana y sus hijos para venir a España.
¿Cómo puedes ayudar TÚ?
- Conviértete en un donante mensual y brinda estabilidad y seguridad a nuestros niños.
- Realiza una donación única y contribuye a cubrir necesidades inmediatas, como alimentos, vestuario, materiales escolares, etc.
- Cada pequeño gesto de bondad cuenta y hace posible nuestro trabajo. Juntos, podemos seguir siendo los ángeles que estos niños necesitan.
María Ángeles Santero, hermana de Ana, comparte con nosotros su visión más personal y emotiva de lo que significa La casa de los ángeles.
Escucha su testimonio:
PALABRAS DE ANA SANTERO
Mi nombre es Ana Santero y soy la madre de los niños y niñas de La Casa de los Ángeles en Honduras. Hace veinticinco años, la vida me llevó a Honduras como voluntaria en un colegio de Tegucigalpa, donde apoyé a niñas de escasos recursos afectadas por el huracán Mitch. Aquellos once meses fueron inolvidables.
Al regresar a España, me di cuenta de que mi labor no había terminado. Decidí volver a Honduras y continuar mi voluntariado en diversos proyectos, incluyendo la asistencia psicológica a transexuales, un colectivo muy castigado en este país, y el apoyo psicológico a los niños y niñas de oncología pediátrica de un gran hospital de Tegucigalpa. También fui profesora voluntaria en el Instituto Hondureño de Educación por Radio, entre otros.
Hace veinte años, en un viaje a San Pedro Sula, conocí a Elena, la primera de mis diez hijos. Digo hijos porque, aunque no los he parido, para mí lo son, de la misma manera que yo soy su madre para ellos. Con Elena comenzó esta aventura, y luego llegaron Isis, Esther, Lali, Eduardo, Selvin, Saúl, Alvarito, Ana y la pequeña Alejandra, que ya ha cumplido nueve años.
Durante estas dos décadas, les he dedicado mi vida, procurando siempre su felicidad y estabilidad, e inculcándoles valores y principios con un fuerte sentido de arraigo al núcleo familiar. En mi vida, ellos lo son todo y, como madre, quiero lo mejor para ellos. Deseo que tengan la posibilidad de labrarse un futuro con oportunidades en un ambiente donde puedan sentirse libres y seguros.
He tenido la fortuna de conocer a la Fundación Cinco Palabras y a Mar Olayo, gracias a mis dos grandes amigas, Corina y Rocío, quienes son de gran ayuda. Agradezco profundamente la colaboración de la Fundación Cinco Palabras y que nos hayan elegido como causa del mes.
Quiero agradecer de corazón a la escritora solidaria Rosa Cabrera que haya decidido destinar el premio del I Concurso de Microrrelatos Cinco Palabras a nuestra causa. Esta aportación ayudará a mejorar la calidad de vida de mis hijos.
Ellos merecen lo mejor y confío en que la vida me acompañe en este importante camino, sabiendo que cuento con el apoyo de personas con un corazón inmenso, incluyendo mi familia. A todos, muchísimas gracias, siempre.
