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CINCO PALABRAS DE MARILÓ SÁNCHEZ

El pasado 13 de marzo, nuestra presidenta, Mar Olayo, volvía a Málaga para ser entrevistada en Fuengirola TV por Mariló Sánchez. Durante la entrevista, Mar le pidió sus cinco palabras, que pensó y dijo “en directo”.

A principios del mismo mes, Mar había asistido al Festival de Cine de Málaga acompañando a su marido el periodista Juan Antonio Tirado, que presentaba junto a José Cabanach su documental “Samuel: Hollywood vs Hollywood”.

Este marco brindó la perfecta ocasión para que Mar y Mariló se encontrasen, y la periodista invitase a nuestra presidenta a su plató para contar la actualidad de Cinco Palabras y animar a la audiencia a participar en el Concurso Literario y a colaborar con la Fundación.
Puedes ver la entrevista completa aquí:
En marzo de 2020 Mariló y Federico Rodríguez Garrido, jefe de Informativos de Fuengirola TV, entrevistaron a Mar y a su marido en su programa “Quédate Conmigo” de Fuengirola TV.

Mariló Sánchez Galdeano.

Periodista y cantaora fuengiroleña.

Es licenciada por la Universidad de Málaga en Comunicación Audiovisual. Tras hacer varias colaboraciones en distintas radios y televisiones locales, entra a formar parte de Fuengirola Televisión en el año 2005, el ente municipal de su localidad natal.
Allí realiza labores de redacción, locución y presentación para distintos programas, destacando en Magazine y retransmisiones de Ferias y Semana Santa. Se siente en su sitio, en su lugar, ya que es el pueblo que la vio nacer y de donde es toda su familia. Actualmente, alterna presentaciones en plató y directos de calle en el programa El Patio de Fuengirola.
Su andadura en el cante comienza muy jovencita, en el Coro de la Real Hermandad del Rocío de Fuengirola y durante su adolescencia siente la necesidad de adentrarse en el mundo del flamenco. Se acerca a las peñas y de forma autodidacta aprende a cantar por bulerías, alegrías y otros palos de compás.
Para conocer más en profundidad el cante, se forma de la mano de la gran cantaora malagueña Virginia Gámez y actúa en distintos festivales, compartiendo cartel con su propia maestra y con figuras de la talla de José de la Tomasa, Mariana Cornejo o Antonio de Canillas.
En la actualidad forma parte del grupo Calle La Noria (@calle_lanoria) donde comparte su pasión con grandes amigos y familia, actuando por toda la provincia de Málaga.
Desde hace unos años pertenece también a la Zambomba de Alejandro Estrada con la que ha realizado grandes espectáculos en el Teatro Cervantes, Museo Picasso, Peñas malagueñas y Auditorio Edgar Nevill de la ciudad malacitana.

Las Cinco Palabras del mes de Mayo de Mariló Sánchez Galdeano son ...

¡Gracias Mariló por regalarnos tus Cinco Palabras!

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1. Extensión máxima 100 palabras. 

2. No se cambiará la posición de las palabras.

3. No se modificará el género ni el número de las palabras proporcionadas.

* Se eliminarán los relatos que no cumplan las normas.

NOTA: Nos reservamos el derecho de la publicación de los relatos. Se eliminarán relatos ofensivos o insultantes hacia cualquier país, pueblo, animal o personal que puedan herir la sensibilidad del lector.

1. Incluir las cinco palabras publicadas semanalmente a través de la web – manteniendo el orden en que se han ofrecido – sin modificar género ni número

2. Extensión máxima: 100 palabras

3. Idioma: español

Este juego literario ha sido una herramienta para dar difusión, no solo a los propios escritores y sus relatos, sino también a las causas mensuales con las que la Asociación ha estado colaborando. En marzo de 2023 la Asociación Cinco Palabras se transforma en la Fundación Five Words, que pretende dar continuidad a la labor realizada por la Asociación en sus 10 años de vida, manteniendo su Misión de “Hacer un mundo más digno a través del Arte”. En coherencia con este objetivo, la Fundación Five Words (en adelante, la Fundación) pone en marcha este concurso de microrrelatos, para fomentar la escritura y promocionar a los escritores que, a su vez, con sus relatos, ayudarán a la difusión de las causas solidarias mensuales de la Fundación. El Concurso mantendrá las reglas del juego literario antes detalladas y constará de dos fases: mensual y final. La primera edición de este Concurso dará comienzo el día 1 de abril de 2023 y finalizará a las 23.59 horas del 29 de febrero de 2024 (hora peninsular española). El premio está dotado con 5000 euros, distribuidos de la siguiente forma: 

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53 comentarios en “CINCO PALABRAS DE MARILÓ SÁNCHEZ”

  1. Menú

    Como cada domingo, mientras mamá ponía las cabezas de cabrito, plato predilecto de papá, en la bandeja de horno, ella murmuraba la letanía: «La fuerza de una mujer es la sororidad».
    Judit lo comprendió un sábado por la mañana, alrededor de los once años, al descubrirse, tras una discusión de madrugada, el ojo tan morado como el que solía lucir mamá.
    Al día siguiente, temprano, encontró a papá tirado sobre el suelo de la cocina, ya aromatizado con coñac. Judit, con ese cariño que solo se profesa a una madre, decidió que, esta vez, guisaría ella el menú dominical.

  2. Miguel Angel Zarzuela Ramírez

    LA SORORIDAD DE MARILÓ

    Al principio pensó que esa primera “r” debía ser en realidad una “n”…

    Alma es una mujer que suele enviar micros al concurso mensual pero desconocía el significado de “sororidad”. No obstante, decidió no consultarlo, anotó (como siempre) las cinco palabras en la parte superior del documento, buscó inspiración en las pelusas de su bata morada y escribió.

    Recordó por un momento el cariño de su madre, que siempre le ayudaba a cumplir las normas, envió el correo y volvió a la cama con Adela que, lentamente, le explicó el significado…

  3. La suma que no cesa

    Allí continuaba aquella mujer poniendo de acuerdo a tanta gente. La tarde transcurría en una prolongada firma de ejemplares de su última novela: Sororidad. Como si de una marcha en protesta se tratase, nadie de los allí presentes estaba dispuesto a ceder su sitio en la fila ante ningún empujón, abuso o celosa violación de espacio. Ni teñir de morado el ambiente ni puñetazo alguno en la mesa tenían que ver con la interminable melena que, aun no siendo cariño o amor de madre, se veía capaz de conducir hasta su desenredo y aclarado.

  4. El vizconde rubio

    Para que un día llueva en las calles antes tiene que diluviar en las historias

    La mujer miró el retrovisor y pisó a fondo. Dijo que en unos años se pondrían de moda la sororidad y el color morado, pero allí estaban ellas, demostrando que el cariño y la colaboración entre mujeres han existido siempre. Louise preguntó por qué había esperado a la última escena para decírselo, guardaba un vestido lila de su madre y aquella sería la ocasión ideal para ponérselo. Thelma contestó que todavía estaban a tiempo de saltar y agarrarse a los títulos de crédito, pero…

  5. Joaquín Iborra Mateo

    DIÁLOGO

    −¿Cómo te definirías a ti misma?
    −Como una mujer de su tiempo, independiente y luchadora.
    −¿Sabes lo que es la «sororidad», con r?
    −Pues no, la verdad, ni idea.
    −¿Sabes lo que significa «heteróclito»?
    −Pues… Tampoco.
    −¿Te has acostado con alguien que no fuera tu marido?
    −¡Por supuesto que no!
    −¿Tu signo del zodiaco?
    −Géminis.
    −¿Has consumido alguna vez drogas.
    −No, nunca.
    −¿Tu color preferido?
    −El morado, por supuesto.
    −Cariño, has de calmarte, relájate y responde con sinceridad.
    −Madre, desde que se ha comprado el polígrafo está usted imposible. Voy a tener que volver a llamarle suegra.

  6. Francisco Javier García Blázquez

    MUJER FUERTE
    -Ficha admisión unidad psiquiátrica:
    Mujer de 40 años, tres hijos, en trámites de separación – desempeño de trabajo exigente –
    responsabilidades familiares – presenta molestias en espalda y articulaciones además de fatiga
    extrema y agotamiento. -recomendación: deriva al grupo de sororidad-.
    Confinada en la habitación vestía un camisón morado, un capricho que se había permitido, con su
    mano agarrada con fuerza recibía el cariño de su madre que le hablaba ‘No permitiré que nadie os siga
    haciendo daño’ era entonces cuando bajaba su mirada y tragaba amargamente su desdicha, ‘Madre,
    no permitas que nadie siga haciéndonos daño’, recostándose y cerrando tristemente los ojos.

  7. Vínculo Inesperado

    En un bosque, una mujer descubrió un nido vacío. En el suelo se encontraba un pajarillo. Con sororidad, lo rescató y lo acunó. Bajo el cielo del atardecer, cuidó de él con devoción, entretejiendo entre sus plumas de color morado una conexión maternal. Aunque no fuera su propia cría, ofreció todo su cariño; la mujer se convirtió en madre de aquel pájaro desamparado. Su amor trascendió las barreras de la especie, demostrando que la hermandad y el instinto maternal no conocen límites. Juntas, la mujer y la cría hallaron un nuevo hogar en la complicidad de su cuidado mutuo.

  8. MADRE

    Mujer de otros tiempos
    para lo bueno y lo malo.
    Hilo inconexo, indescifrable sororidad,
    epílogo morado en el extremo
    de una historia jamás escrita.

    De ahí llegaste, casi a tientas,
    y por encima de todos los supuestos
    pervive un amor eterno.
    Fruto, remanso, regazo;
    extensión de tu ser y de tu carne.

    Cariño incombustible,
    desvelo para una madre,
    zozobra cosida al corazón y la garganta.

    Nada importa la distancia;
    las lágrimas… las efímeras horas.
    Nada importarán los abrazos que faltaron
    sobrando amor que no precisa explicación.

    Un día lleva tu nombre,
    mas habrás de ser madre
    hasta el último aliento.

  9. Angel Toribio Sevillano

    Más razón que una madre

    Querida hija: ojalá puedas perdonar algún día mi injustificable intromisión en tu vida privada y con el tiempo comprendas que esa relación no te convenía; espero que hayas encontrado por fin al amor de tu vida. Como mujer debí apoyarte en lugar de comportarme con una absoluta falta de sororidad, y tampoco fue justo acusar a tu novio del morado de mi ojo, pero no atendías a razones. Para lo que ocurrió después no tengo palabras, cariño… solo recuerda que te quiero mucho y que siempre seré tu madre. Posdata: ya no sigo con él, al final tenía yo razón.

  10. La lucha de «Flor»
    Han pasado 75 y tantos años más, tantas luchas. Hubo cambios que se iniciaron en la marcha de la vida, sí, miedos también, de todo tipo.
    La incertidumbre de poder concretar su tan anhelado e imposible deseo, el de “ser mujer” porque si es por sentir, “Florencia”, lo notó desde jardín de infantes, sus compañeritos también. Su padre, tan rudo no lo quiso percibir. Con su mamá existía sororidad que habita en las bellas almas que llevan el mismo género independientemente de lo orgánico de su cuerpo. La complicidad de ambas era fascinante: salir de compras, parar en el bar por el té y su licuado favorito, el morado; recorrer hacia la otra punta de la ciudad para ver a esas señoras, sus amigas, que las recibían con un cariño tan especial, ese cariño que mi madre les inculcó que yo no era diferente y me aceptaron así hasta el día de sus muertes.

  11. Juan Carlos Martín Coronado

    VÍCTIMAS
    —MUJER, ¿qué pasa con la SORORIDAD cuando se requiere? —se lamentaba suspirando la anciana a la joven de ojo MORADO—. ¿No ves que encerrar a mi hijo es matarme? —decía con el CARIÑO de una MADRE.

  12. Una historia como tantas

    Francisca era una mujer de las de antes. Nunca oyó la palabra sororidad, pero tuvo muchas amigas con las cuales compartió alegrías y tristezas. Fue una de ellas quien lavó su pobre cuerpo morado casi con el cariño de una madre. Nunca se supo quién la asesinó.

  13. ESPEJISMO

    Tu mirada marchita languidece frente al espejo
    evitando echar la vista atrás.
    Te fundes en el anhelo de un antiguo reflejo
    y prometes no volver a tolerarlo más.
    Mujer que brota de las sombras
    como jardín florece en primavera,
    te cubres con el manto de la sororidad
    a modo de bandera.
    Despojas el morado del rostro
    y abrigas tu alma con cariño,
    aquel que, a elevado costo,
    al fin retorna furtivo a su destino.
    Madre, hermana, compañera y amiga,
    modelo de inspiración,
    te postulas sin espinas
    como líder de la revolución.
    Abandonas el pasado oscuro
    sembrando, valiente, un sólido futuro.

  14. Manuel González Casaus

    LA RUBIA

    Llegaba tarde y no encontraba sitio para aparcar. Tras unas cuantas vueltas, descubrí un ajustado hueco por lo que necesité realizar varias maniobras. Escuché a mis espaldas la desafortunada frase de “mujer tenías que ser”. Irritada, comprendí entonces el sentido de palabras como SORORIDAD. El feminismo tiene que ser algo más que colocarte un pañuelo morado cada ocho de marzo. El empoderamiento femenino no solo tiene que ser reivindicativo. Se puede encontrar incluso en una simple muestra de cariño de una madre a sus hijos. Me bajé del coche, y orgullosa contesté “Si, soy mujer y encima rubia”.

  15. LEY DE VIDA

    En 1996 me invitó a acompañarla a la que fue mi primera manifestación con motivo del Día Internacional de la Mujer. Ella me enseñó el concepto de sororidad y el significado del color morado como distintivo que nos une. Ahora, sentada ante mí, aprieta los labios mientras mueve rítmicamente la cabeza como un metrónomo. Le recuerdo que, cuando era niña y me resistía a comer, con paciencia y cariño se las apañaba para que permitiera aterrizar al avión cargado de sopa. Comienzo a imitar el sonido de un reactor y, por fin, mi madre abre la boca.

  16. Juan Ant. López García

    ELLA

    Enloquecida, agitada, tensa, muy nerviosa, miró de una lado a otro; miró con recelo a los policías.
    Quería hablar, pero un nudo en la garganta lo hacía difícil.
    Pensó con tristeza, observando a su alrededor, que hubiera sido más fácil hablar con una mujer. Necesitaba la sororidad y el afecto de alguien que la entendiera, que comprendiera sus temores y no sólo viera el ojo morado, el labio roto y los arañazos, la suciedad y la tristeza.
    Evocó sus errores, añoró el cariño soñado y el amor deseado.
    Lo había perdido todo, recordó las palabras de su madre.

  17. Thays Santos de Fez

    CAMINANTE

    Mujer que tan valiente tú eres,
    juegas papel tan fundamental que
    la vida sin ti, no sería vida.
    Por bandera llevas
    en tu Fundación
    la palabra sororidad,
    para potenciar
    valor laboral
    y labor personal.
    Te reivindicas a través
    del color morado
    que tanto vistes y
    tu incansable trabajo
    que siempre presumes.
    Procesas cariño allá dónde vas
    y más a quienes te apoyan sin cesar.
    Eres madre, sin haber parido,
    del sueño que has alcanzado
    con pasión en tu camino trazado.

  18. COLORÍN COLORADO, ESTE CUENTO NO HA ACABADO

    Érase una vez, en un reino muy lejano, una princesa rechazaba convertirse en la mujer de un príncipe azul.

    Todas las doncellas de palacio, sorprendidas, convocaron una reunión para dialogar con la princesa. Pronto comprendieron,
    desde la sororidad, sus deseos de futuro.

    Ni castillo, ni dragón morado custodiándola, ella quería viajar para conocer otros reinos.
    Su amor verdadero, sería su autoestima y cariño propio.
    Nunca se sentiría culpable por su dudoso instinto de ser madre.
    Y sería feliz, sin comer perdiz.

  19. BRUJAS
    Vamos a la conferencia sobre “Nuevas miradas sobre la Brujería” que J. Muñoz va a dar en el Centro Cívico de la Mujer. Nos habla del mayor feminicidio que ha habido en la Historia, Quema de Brujas. Nunca más volveré a usar esa palabra, bruja, ni como insulto, ni como disfraz, ni como juguete. Es por sororidad con todas las que mataron y matan. Llevamos un distintivo morado, pañuelo, flor, lazo, es para evidenciar el cariño y apoyo que nos debemos tener como hermanas de género. Y como dice mi madre: “No hay brujas, hay mujeres sabias”

  20. ¡PISANDO FUERTE!
    ¡Pisando fuerte! Hoy me miro en el espejo y me siento más mujer que nunca. Y es que coincidir con ellas no puede haber sido una casualidad, porque ellas son sororidad, fiel reflejo de los valores carentes en mi hogar. Me coloco el lazo morado, color de sus labios que no volverán a besarme y hablarme con cariño. Ella sucumbe a manos de su fiel compañero, en defensa de, para él, tan humillante heredero. Miro al cielo y, callada, le grito que la quiero, a mi madre. Y lloro porque sintiéndome hoy mujer, sé que jamás podré serlo.

  21. Hoy no estoy
    Veo y me es difícil creer que esa mujer que ahí estaba entre banderas y cantos de sororidad era la que faltaba. Dicen que a pesar de que el pañuelo morado cubría su rostro, alguien la reconoció y dio aviso a las autoridades.
    Recuerdo que ese día, alguien con mucho cariño había adornado esa imagen con guirnaldas, debía ser su madre. De pronto, su grito nos erizó y con ella invadimos la plaza y nos unimos pidiendo ¡Justiciaaaaaaaaaaaaaa!

  22. Un país llamado Cardenal
    En un país mortecino nació una mujer cuyos brillantes mechones verdes causaron repulsión en la sororidad de las ninfas lánguidas, distinguidas por su cabello morado. Con cariño la madre le confeccionó una cofia con las hojas de una col lombarda. Cuando creció, fue imposible ocultar su defecto: su cabellera se extendía y arraigaba como una enredadera. «¡Trepadora!», gritaban las divas ancianas, mientras que las jóvenes admiraban su fuerza.
    Le arrancaron las raíces en un sacrificio mortal, pero las semillas esmeraldas, esparcidas por el viento, transformaron el país cárdeno en el más hermoso valle, que las nuevas generaciones custodiaron y veneraron.

  23. Rosa Ríos Sastre

    GRITO ESTIMULANTE

    No es sólo una voz de MUJER, es la proyección estentórea de un clamor universal que parece brotar de las entrañas de la tierra para exigir justicia, y no es sino el resultado de una SORORIDAD hilvanada por féminas fuertes tras el sufrimiento silente forjado a lo largo de siglos.

    Ellas eligen el azul del cielo y el rojo de la tierra copulando para obtener un MORADO, como símbolo y bandera bajo el cual materializan CARIÑO sanador, mirada alentadora de una MADRE, creatividad sensorial para lograr el amor universal, e impulso racional de la historia para beneficio de la humanidad.

  24. Jesús Cutanda Ruiz

    -¿Por qué no se lo dices?-

    Mientras permanecía de pie, delante de la camilla, recordaría todas las veces que aquella mujer la hizo feliz, la sororidad con que la educó, el orgullo morado que vestía y el cariño incondicional ofrecido. Una lágrima recorría su mejilla, mensajera del ‘te quiero’ que jamás le dijo a su madre. Era demasiado tarde, ella, quien tanto había luchado por todas, se había ido del mundo sin sentir el cariño de su hija.

  25. Jessica Hurtado Carvajal

    Domingo en familia

    En el mundo de los eufemismos la palabra mujer significa persona capaz de hacer todo al mismo tiempo y sonreír porque ahora nadie se lo impide; sororidad, después de haber sido manoseada por cualquiera que intente ser políticamente correcto, perdió sentido; morado se convirtió en el color que tiñe los golpes en la cara y los afiches que exigen ¡Ni una más! El cariño se escapa por entre los besos mandados de pantalla a pantalla, hasta tal punto de ser imposible de encontrar, a menos claro que se pose para una foto el día de la madre.

  26. María del Mar del Valle

    OFRENDA
    No había descifrado mi energía de mujer hasta que formé parte de aquel círculo, de aquella sororidad donde honrábamos a nuestras ancestras y a los ciclos naturales de la vida.
    Durante una luna, tejimos un tapiz de color morado entre todas como símbolo de nuestra fuerza creadora femenina y del cariño que profesábamos a nuestra Madre Tierra.
    En una ceremonia de gratitud por sus dones, entregamos nuestra ofrenda en lo profundo de una gruta y, como respuesta a nuestros cantos, el eco nos devolvió la palabra “amor”.

  27. CAPRICHOSO EL DESTINO
    Sí, mujer, aunque no la esperada. Fuerte en apariencia y femenina para quien supo verla. La sororidad la entendió dando la mano, fuera o no mujer, pequeña o grande o si se ganaba el sustento arrancando hierbas o en una oficina. El empoderamiento así lo entendió. Dijeron que dio más de una zurra verbal, a quienes vistieron de morado la piel de aquellas que no supieron cambiar su destino. Demostró el cariño con respeto. Y aunque no pudo ser madre gestante, lo fue de todos los hijos de la tierra que la necesitaron y ella adoró.

  28. Agustín Ignacio Aranciaga

    Gema

    Esa mujer evitaba la sororidad, el ojo morado le recordaba rechazar todo cariño hacia su madre. Madre hay una sola y justo me vino a tocar a mí. Convivir con el dolor, reconocerlo, hacerlo suyo, saberlo presente, nunca negarlo ni negarla. El pulpo tiene un año de vida, su color se va degradando para dejar una descendencia de miles, cuya existencia será solitaria. Debatirá en esa sociedad del silencio donde abundan las palabras. Buscará la cadencia de una hoja movida por la corriente. Reparará en los tiburones acechando, los corales serán su guarida. La resonancia con el otro, su posibilidad.

  29. INMACULADA JIMÉNEZ CAMPOS

    Título:
    “Fuerza de mujer”

    Nunca interesó que la MUJER se saliera del canon establecido. La SORORIDAD siempre existió aunque de forma solapada pues las mujeres estaban en un plano inferior y fue su lucha lo que hizo que la solidaridad femenina adquiriera fuerza en las últimas décadas. La mujer, poco a poco, alcanzó el papel que le correspondía en todos los ámbitos sociales. El empoderamiento femenino había llegado para quedarse. El color MORADO abanderaba su lucha. Más que CARIÑO se trataba de amor propio y no todo se resumía en ser MADRE pues antes que eso estaba el ser persona y sobre todo mujer.

  30. Natividad Villar Martínez

    HILVANANDO HISTORIAS

    Las imágenes de aquella tarde aún me sacuden a día de hoy, un encuentro conformado por mujeres, la sororidad era una palabra que no entraba en su lenguaje, pero sin ser conscientes lo allí vivido era un claro ejemplo de amistad, afecto y halagos. Aún recuerdo el sujetador morado colgado de aquel tenderete, y el cariño con el que mi madre sujetaba mi tierna mano, asegurándose no hubiera un desliz por mi parte a tocar algo. Poco queda hoy de esa exhibición a vecinas y amistades de esos ajuares que con orgullo las mujeres cosían horas eternas de su juventud.

  31. María Inés López

    Charla

    La mujer llega elegantemente vestida y peinada, lleva zapatos altos y una maleta ejecutiva. Al ubicarse al frente de la sororidad, abre su maletín y saca su estuche de maquillaje, pone un color morado, sobre verde y marrón en su ojo derecho. Después usa su rímel rojo y delineador negro para simular heridas abiertas en su sien. Después saca su muñeca, que luce como una niña muy bien arreglada, a la cual, le pone el mismo maquillaje. Después, la saluda:- Hola, cariño, soy tu madre y hoy vamos a dar una charla profesional de como desmaquillarnos correctamente a este amable público.

  32. NORLETH JAIRO SOLARTE ORDOÑEZ

    ENVOLVER
    “La sororidad de una mujer, es la muestra de que podemos continuar en medio de la adversidad…” dijo Carmen, rodeada de telas que ondeaban en las ruinas. Bajó el micrófono en silencio con la mirada perdida en el horizonte. Una niña corrió y la abrazó por la cintura, ella la apretó con cariño. Luego la imagen fue borrada por un fuego intenso acompañado de un ruido estridente que se llevó la señal al vacío. La madre de Carmen vio la pantalla cubrirse de un morado celeste, ella y el conejo de peluche que la veía lloraron en silencio.

    1. Norleth, tu relato no podría concursar así, puesto que has cambiado el orden de las Cinco Palabras.
      Por favor, relee las Bases del Concurso y las reglas a cumplir por los relatos para concursar.

  33. CAROLINA TORRES CABELLO

    Un minuto.
    María palpó el pecho de la mujer menudita que, silenciosa y asustada, se tumbó en la camilla. No hablaron, la mirada fue suficiente, mirada que comprendía, que apoyaba. Sororidad en cada movimiento. La paciente descansó su vista en el sillón de color morado en el que se había sentado otras veces, mientras sentía el frío gel de la ecografía. Hay momentos en que el tiempo se estira hasta lo impensable, y en un minuto caben todos los miedos, todos los sueños.
    El diagnóstico, liberador, fue dicho con el cariño de una madre y sellado con un sincero abrazo.

  34. EL HADA DE LOS BOSQUES
    -¡Quiero a mi hada de los bosques!
    Enojada, la chiquilla no para de molestar a su cuidadora. La mujer, harta de sus rabietas, se arma de paciencia y muestra sororidad con aquel ser tozudo. Aunque la niña le ha dejado el brazo morado, saca un gran frasco de cariño y vuelve a acunarla para que se duerma. Cuando cae rendida, la contempla. Casi parece no tener nada especial. Pero cuando despierte, también lo hará el demonio que yace tras su autismo, al cual solo lo calmará su salvadora, su hada de los bosques, su madre.

  35. Guille Martínez Manrique

    Nuria conocía a esa mujer desde siempre, pero no dejaba de sorprenderle esa capacidad de resiliencia.

    Abanderaba la sororidad acudiendo, escuchando y acompañando allá donde pudiese ser de ayuda para otras mujeres. Siempre.
    Empoderada e independiente desde hacía años. Crecimiento que comenzó el día que murió su marido, aquel por el que aprendió a maquillarse para ocultar el color morado de sus pómulos.

    ¡La admiraba tanto!

    – Nuria, cariño, ¿me pasas el pan?

    La pregunta sacó a Nuria de su abstracción para devolverla a su cocina donde cenaban juntas, como cada martes, y se supo afortunada por tener una madre así.

    1. Guille Martínez Manrique

      Corrección:

      MARTES

      Nuria conocía a esa mujer desde siempre, pero no dejaba de sorprenderle esa capacidad de resiliencia.

      Abanderaba la sororidad acudiendo, escuchando y acompañando allá donde pudiese ser de ayuda para otras mujeres. Siempre.
      Empoderada e independiente desde hacía años. Crecimiento que comenzó el día que murió su marido, aquel por el que aprendió a maquillarse para ocultar el color morado de sus pómulos.

      ¡La admiraba tanto!

      – Nuria, cariño, ¿me pasas el pan?

      La pregunta sacó a Nuria de su abstracción para devolverla a su cocina donde cenaban juntas, como cada martes, y se supo afortunada por tener una madre así.

      Responder

  36. Marcela Bastías Alarcón

    El día que todo cambió

    La mujer miró a su hija:
    -Hoy en clases nos hablaron sobre el período de la Ilustración, y sobre los valores de igualdad, sororidad y libertad. ¿Por qué siempre son mujeres las precursoras de todos los movimientos?
    -Siempre ha sido así- respondió la madre.
    -Me gustaría que eso cambiara.
    Al día siguiente, una marcha de hombres usando cintas de color morado y negro en la solapa, dio inicio al movimiento “Unidos en Fraternidad”, que lo cambió todo.
    Esa misma tarde, cuando la muchacha regresó a casa, abrazó con cariño a su madre y le entregó una de las cintas.

  37. Noelia Antonietta

    Cegueras

    Sale de la casa una mujer que increpa a las manifestantes. Señala a la del aerosol: “Qué habrás hecho tú para que pasara”. La del aerosol se echa a llorar. La sororidad no es de sentido común. En color morado queda estampado el nombre de la niña que ensucia la pared. Por la ventana asoma una adolescente. “¡Quédate adentro, cariño!”, grita su madre. Esa, su madre, ignora que el peligro acecha adentro peor que afuera.

  38. M. CATALINA PASCUAL

    MEMORIA

    Suena la sirena, una mujer sostiene a su hija en brazos y corre en búsqueda de refugio. Son tiempos de guerra.
    María y sus vecinas comparten entre sí sus emociones, se apoyan y se comprenden mutuamente, sin saber que a eso se le llamará sororidad.
    Alguien aporrea la puerta entre gritos. Miguel ha sido conducido al puesto de vigilancia. El morado, color de la rebelión comunera, será su sentencia de muerte.
    Han pasado muchos años, Manuela recuerda con cariño a su madre y a su padre, a quien por fin puede darle sepultura. Se abren fosas, se cierran heridas.

  39. Carmen, podrías revisar si mi relato está con las palabras en el orden correcto?
    Las destaqué en mayúsculas. Acabo de cambiar la primera palabra madre por mujer.

    La MUJER miró a su hija:
    -Hoy en clases nos hablaron sobre el período de la Ilustración, y sobre los valores de igualdad, SORORIDAD y libertad. ¿Por qué siempre son mujeres las precursoras de todos los movimientos?
    -Siempre ha sido así- respondió la mujer.
    -Me gustaría que eso cambiara.
    Al día siguiente, una marcha de hombres usando cintas de color MORADO y negro en la solapa, dio inicio al movimiento “Unidos en Fraternidad”, que lo cambió todo.
    Esa misma tarde, cuando la muchacha regresó a casa, abrazó con CARIÑO a su MADRE y le entregó una de las cintas.

    Responder

  40. HOY, HACE UN AÑO
    Mujer, sonreíste. Has crecido tan rápido… Que sepas no será sencillo y encontrarás a quien te quiera derribar, pero también sentirás el apoyo y sororidad de jóvenes como tú. Y esto te dará suerte, añadiste atando en mi cuello tu pañuelo favorito: El morado. Me abrazaste con cariño y yo subí al tren arrastrando mi maleta. Cuando leas esta carta, madre, que sepas recuerdo tus palabras al despedirnos pero lo más difícil ha sido separarme de ti. En esta ciudad tengo un buen trabajo, amigos y ahora también un piso para las dos. Enseguida volveremos a vivir juntas. Muy pronto.

  41. LA MAJA VESTIDA

    Nunca olvidaré la mirada de aquella mujer en la puerta del hotel.
    Fue en Barcelona, y ese día cumplía 15 años.
    En realidad, no me miraba a mí, sino a la señora que salía del taxi.
    Posteriormente, entendí que eso era sororidad.
    Cual carambola, yo también la miré y tan sorprendida me quedé, que dejé de hacerlo.
    Sólo llevaba puesto un sujetador morado, nada más.
    El cariño que tuvo, al recogerla en las escaleras, me emocionó.
    Era el mismo que me daba mi madre al contarle las injusticias del internado.
    Fue, el mejor regalo que pude tener.

  42. Ana
    ¡Qué mujer maravillosa! Con dedicación única y ejemplar, Ana me reveló el sendero de amistad y lucha por el que marchamos con orgullo. Yo intuía la sororidad, aunque desconocía la existencia de esa palabra. Ahora, me la tatuaría junto a su nombre.
    Esta mañana crucé unas palabras con mi hermano y algo dije sobre nuestra organización. Ojalá hubiera estado Ana presente. Se puso morado de odio (nunca he recibido por parte de él un cariño sincero o un trato que no fuese jerárquico). Si no hubiera intervenido mi madre, sospecho que me habría golpeado con algo más que palabras.

  43. MARCELA BASTÍAS ALARCÓN

    El DÍA QUE TODO CAMBIÓ

    La mujer miró a su hija:
    -Hoy en clases nos hablaron sobre el período de la Ilustración, y sobre los valores de igualdad, sororidad y libertad. ¿Por qué siempre son mujeres las precursoras de todos los movimientos?
    -Siempre ha sido así- le respondió.
    -Me gustaría que eso cambiara.
    Al día siguiente, una marcha de hombres usando cintas de color morado y negro en la solapa, dio inicio al movimiento “Unidos en Fraternidad”, que lo cambió todo.
    Esa misma tarde, cuando la muchacha regresó a casa, abrazó con cariño a su madre y le entregó una de las cintas.

  44. BAUTISMO
    La mujer siempre había estado sola, sin conocer la amistad ni el amor ni la sororidad, ni tan siquiera el calor de otro ser humano que le tendiera la mano. Para ella, el mundo era frío e inerte, y era incapaz de disfrutar de los colores de la naturaleza: le resultaba indiferente si el trigal era verde o dorado, si el atardecer era morado o rojizo, si el cielo era azul o negro. Hasta que el gran pájaro blanco le trajo aquel paquetito diminuto y llorón, y conoció el cariño que sólo una madre puede sentir. Y lo llamó felicidad.

  45. Pilar Martinell Gispert-Saúch

    LUCHAS
    La mujer cogió distraídamente la octavilla con el lema
    “Sororidad: luchemos unidas” escrito sobre fondo morado.
    Iba con prisa a cuidar a sus sobrinos. Su hermana tenía cita con el abogado, la despidieron estando embarazada.
    Aprovechó el semáforo para enviarle un mensaje: “Cariño, llego enseguida”.
    Llevaba un día nefasto, salía tarde del trabajo, su ex no le había pasado la pensión, el aumento del alquiler…¿Tendrían que volver a vivir con su madre?
    Volvió a mirar el papel que todavía tenía en la mano.
    No veía, aún, su lucha como lucha de todas.
    Y lo arrugó murmurando,
    -Tonterías!

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